Ayer, en un día especialmente bochornoso, la víbora estaba descansando o tomando el sol en el mismo lugar.
Hay que ver lo fieles que son estos animales a sus lugares de descanso.
En el mismo matorral a tan solo unos metros de la víbora, una langosta verde (Tettigonia viridissima) que es en estos días es muy abundante, dormía la siesta literalmente tumbada sobre un costado
(aunque en la foto no se aprecie bien, tenia una postura muy humana).
en este caso es un macho.
Muy cerca descansaba de la misma forma una hembra (fijaros en el estilete del abdomen que utiliza para insertar los huevos en la tierra), cuando intenté fotografiarla de la misma manera, se despertó y pude ver que algo sobresalía por su barriga . Pensé que quizás estaba a punto de poner.
Más tarde David Alvarez (http://naturalezacantabrica.blogspot.com) me comentó que se trataba del espermatóforo: el paquete de espermatozoides que coloca el macho y luego es recogido por la hembra. Eso me hace pensar que "la postura de la siesta", a lo mejor es la que adoptan para poner el espermatóforo y recogerlo.
a no más de 20 centímetros de la langosta, una araña cangrejo (Misumena vatia, creo, porque la que sale en las guías no tiene las franjas rojas) atrapa a una mariposa. Esta araña no tiene tela, así que caza a sus presas al acecho. A pesar de que la mariposa es más pesada, la araña no tiene ningún problema para moverla por la rama con sorprendente agilidad.
está visto que el calor activa a algunos animales y a otros les da por dormir la siesta.
Hay más historias en el matorral, pero las dejaré para otro día.