Esta Lagartija roquera (Podarcis muralis) macho, de Parres, Asturias, estaba mudando. La nueva piel tenía una coloración ventral de un color naranja subido que me llamó la atención. Las lagartijas que suelo ver en la Villa, normalmente tienen el vientre de un naranja más asalmonado o casi color carne, no tan rojizo como esta, y con la garganta más blanca y punteada.